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Son muchos los jóvenes atletas que viven de su cuerpo. En el béisbol, el atletismo, el ciclismo, el fisiculturismo y la lucha libre profesional, es el cuerpo la principal herramienta de trabajo. Por eso es que muchos recurren a los esteroides anabólicos como ayuda, en su mayoría presionados por la necesidad de tener un buen rendimiento o por el mero hecho de que dependen de cuan bien se vea su cuerpo. Se pasean entre los peligros de esta droga, la cual aparenta seguir de moda aún con todos los sucesos de los pasados años, como el escándalo de las Grandes Ligas o las tragedias de luchadores como Chris Benoit y Eddie Guerrero.

Tomemos el ejemplo de la lucha libre profesional. En medio de nuestra investigación sobre la relación entre los anabólicos y la juventud puertorriqueña nos topamos con un joven luchador que no vaciló en compartir sus múltiples experiencias con estas drogas. Para proteger su identidad lo llamaremos simplemente "Manuel". A sus 28 años de edad este joven ha logrado ya probar lo que es estar en la cima de esta disciplina, pero confiesa que no lo hubiese logrado sin la ayuda de los esteroides anabólicos. Ha ganado campeonatos a diestra y siniestra y es reconocido como uno de los mejores luchadores del patio. Se podría decir que durante la década que lleva luchando su mejor pareja han sido esteroides anabólicos como la testosterona, el winstrol, el decadurabolín y las hormonas de crecimiento humano (HGH, por sus siglas en inglés).

"Realmente, ya no recuerdo cuantas veces he hecho ciclos de anabólicos, ya sea para ganar peso o para cortar mi cuerpo y buscar mejor definición muscular", comienza a relatar nuestro entrevistado. Para cada ciclo, indicó, existe un proceso de preparación. Antes de hacer un ciclo, dijo, se prepara durante todo un mes con un fuerte régimen de pesas. Más que nada, toma precauciones para que su hígado y sus riñones no se vean afectados por el embate de las drogas que está a punto de ingerir.

"Antes de empezar un ciclo recurro a suplementos naturales para proteger mis riñones y mi hígado. Tomo un suplemento que se llama silamarin y otro que se llama 'milktaste'. Esto ayuda a crear una capa protectora en mis riñones y en mi hígado que evita que las drogas los lastimen. Además tomo pastillas de concentrado de cranberry para purificar esas zonas de mi cuerpo", dijo.

Así, "Manuel" se prepara para comenzar un ciclo anabólico. Según explicó, el mismo puede ser para ganar peso o para tonificar su cuerpo. Casi siempre, señaló, primero realiza el ciclo para ganar peso y luego el de "cortarse". Y aunque toma las medidas necesarias para no lastimar sus órganos internos, hay efectos secundarios que son bien difíciles de evitar, como el cambio temperamento: "Te inyectas en la nalga y al minuto ves los cambios en tu estado de ánimo. Tengo amigos que los anabólicos les ha costado el matrimonio. Es que tu personalidad cambia por completo. De cualquier cosa que te diga alguien, sea tu esposa, un amigo o alguien en la calle quieres explotar".

Otros efectos, como el acné, dijo, se pueden controlar con un estricto régimen alimenticio. "El acné sale si haces comidas sucias. Si estás haciendo un ciclo y te metes a comer en un sitio de 'fast food' el acné te va a comer vivo, pues el cuerpo tiende a rechazar toda la grasa", explicó. Con respecto a la manera es que los esteroides anabólicos afectan la vida sexual, "Manuel" dijo que "todo depende de qué utilices. Lo del fallo en el campo sexual se le atribuye al uso excesivo de la decadurabolín. Si se usa en exceso puedes pasarla mal en ese sentido. En cambio, cuando usas testosterona y la usas en exceso el resultado es contrario. Puedes estar parado en la estación de guagua o en la fila del banco y tener una erección allí mismo", puntualizó.

Para el primer ciclo de ganar peso, "Manuel" indicó que se puede utilizar una sola droga –ya bien puede ser la "deca" (decadurabolín) o la "testo" (testosterona)- o un coctel que incluya "deca", "testo", HGH, sustanol y pastillas de dianabol. "Para este ciclo es muy importante hacer una buena dieta, con seis comidas al día bajas en carbohidratos que también pueden ser sustituidas con batidas de proteínas", destacó el encubierto, enfatizando que para este ciclo se debe descontinuar el uso del alcohol, pues "el alcohol corta todo efecto que puedan tener los anabólicos". Con el HGH, dijo, hay que tener mucho cuidado, pues "el uso excesivo de esta droga es lo que hace que te crezcan los órganos del cuerpo, desde el miembro hasta el corazón. A pesar de que es la sustancia más limpia entre los anabólicos, nunca se debe tomar este suplemento sólo y hay que hacerlo con mucho cuidado, bajo la vigilancia de un médico que sepa".

Según explicó "Manuel", este ciclo dura un mínimo de tres meses, pero puede ser extendido dependiendo de los resultados que se busca. Luego de esto viene un proceso de limpieza en el que el usuario pierde la mitad de las libras ganadas pues "hay que botar todos los aceites y los tóxicos de este primer ciclo". Durante este proceso hay que tener cuidado pues aunque ya no se esté utilizando anabólicos, el metabolismo de la persona cambia por completo. Es decir, aún sin utilizar sustancias se experimenta un apetito voraz, por lo cual hay que mantener una dieta estricta.

Después de varios meses de descanso, viene entonces el segundo ciclo que es para tonificar. Para esto, "Manuel" indicó que utiliza drogas como masteron, trembolona y winstrol. Este último químico es uno que se utiliza como suplemento nutricional para los caballos y las reses, pero también viene preparado para el uso humano. "Manuel" indicó que en el mercado negro es mucho más fácil adquirir la versión veterinaria del winstrol con un profesional conocido que la versión que se conforma para los humanos. "Si tú le das una dosis de winstrol a un caballo, entonces el ser humano usaría la mitad de esa cantidad. Es más fácil conseguirlo por ahí con un veterinario que conozcas que conseguir el winstrol para humanos", manifestó.

"Manuel" explicó los varios efectos de las drogas que se usan durante estos ciclos. La "testo", dijo, es utilizada para subir la masa muscular, mientras que la "deca" ayuda a mantener fuerte las coyunturas. "La 'deca' es utilizada mucho por los ciclistas, los de atletismo y los peloteros para poder mantenerse flexibles mientras adquieren más fuerza", expuso. El dianabol, dijo, lo que hace es retener agua, a la misma vez que ocasiona sed. Por ende, "hay que andar con un galoncito de agua de arriba pa' abajo". El luchador explicó también que la trembolona, por su parte, es utilizada "para mantener el físico fuerte y endurecer los músculos".

Nuestro entrevistado señaló que para cada ciclo se gasta no menos de $400 dólares. Confesó que todo se consigue en el mercado negro mediante distintos distribuidores que casi siempre merodean por los gimnasios del país. Para velar su salud y poder realizar un ciclo saludable de esteroides anabólicos recurre a médicos "clandestinos", casi siempre conocidos. Dijo que en muchas ocasiones consigue doctores que le den las prescripciones que busca. Sin embargo, el proceso de adquisición puede lograrse tan fácil como en la farmacia de la esquina y con planes médicos vigentes.

"Para la testosterona y el HGH hay mucha gente que utiliza planes médicos que pueden ser hasta del Gobierno. Por ejemplo, el más conveniente es el plan de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), pues a los empleados de esa agencia que se electrocutan en medio de sus funciones les recetan en ocasiones hormonas de crecimiento para evitar la distrofia de los músculos afectados. Es cuestión de encontrar alguien que trabaje en la AEE que pueda hacer la transacción. Hay dosis de anabólicos que pueden valer más de $1,000 y con este plan te sale como en $100", reveló, indicando además que algunas versiones de testosteronas se pueden conseguir mediante mujeres que hayan dado a luz recientemente y cuyos hijos se encuentran en encubadoras por tal o cual razón. "También se puede conseguir con planes que cubran servicio a niños recién nacidos que sufran de subdesarrollo físico, pues a ellos les recetan testosterona y HGH. Eso sí, las dosis que así se consiguen tienden a ser menores".

"Manuel" apuntó al negocio de los esteroides anabólicos como uno muy lucrativo, comparado quizás con el de las drogas recreacionales. Recordó cuando en ocasiones vendió anabólicos, logrando devengar hasta $2,000 semanales. "Pero una persona que sea un distribuidor grande, que tenga contactos en países como México, donde todo es muy fácil de conseguir, puede meterse como uno o dos millones al año. Hay gente que vive de esto, al igual que hay gente que vive de las drogas recreacionales, ya sea vendiéndolas detalladas o al por mayor", dijo.

Nuestro entrevistado destacó que ya no es tan fácil traer esteroides anabólicos a Puerto Rico como fue a principio de los noventa. "Antes uno podía llegar con dos maletas llenas, pero ahora es bien difícil porque aduana siempre está bien pendiente", articuló. Asimismo, existen los vendedores que contaminan el mismo mercado negro, vendiendo mezclas químicas de alcoholado con otras sustancias, haciendo pasar esto por esteroides anabólicos genuinos.

De esta forma, "Manuel" confirmó que el uso de estas sustancias es bastante común en los gimnasios del País. "El que diga que en los gimnasios no hay anabólicos está mintiendo", acotó.

En la lucha libre profesional, que es la disciplina que practica, "Manuel" dijo que el uso de anabólicos es algo muy normal. "A pesar de que las compañías no aprueban esto, los luchadores siguen haciéndolo. Es que es la manera más fácil de subir en este negocio. Yo, por ejemplo, pesaba 160 libras cuando empecé. Ahora peso 235 y me han dado la oportunidad de estar en las luchas estelares donde realmente está el dinero. Claro, me tengo que cuidar porque cuando realizo mis movidas ahora aterrizo más rápido en la lona y con más peso. No es como antes", subrayó.

"Manuel" dijo además que a pesar de que el Departamento de Recreación y Deportes (DRD) dijo que va a hacer pruebas de dopaje, estas salen muy caras y por eso aún no han empezado a realizarlas. "Si las hacen, la lucha libre en Puerto Rico se acaba, pues de un 100 por ciento hay como un 95 que usan anabólicos", dijo. El uso de anabólicos, señaló, revolucionó la industria de la lucha libre profesional a mediados de los noventa. Entiende que el mercado latino se ha visto beneficiado ampliamente, pues ya las compañías de Estados Unidos no buscan simplemente el estereotipo latino, como sucedió en el pasado con luchadores como Pedro Morales y Savio Vega. "Si ves ahora, los luchadores que estamos exportando son una mezcla de cuerpos fuertes y 'cortados' con algo quizás del estereotipo latino", apostilló, recalcando que aunque el uso de anabólicos sigue fuerte en el exterior, es muy difícil hacerlo para compañías multimillonarias como la World Wrestling Entertainment (WWE) debido al ojo que el Gobierno de Estados Unidos les ha echado tras las tragedias de Benoit y Guerrero y el escándalo del béisbol de Grandes Ligas.

Hermes Ayala lleva cubriendo la escena deportiva desde hace varios años, laborando para el periódico El Vocero y El Diario.

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